Kaede on the rocks

Una mierda de Blog. Más de 1000 moscas no pueden estar equivocadas. ¿Me pregunto si alguien leerá esto? Si es así, y te resulta ofensivo, puedes pedirme que lo cambie. (Nelson: Ha-Ha!)

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Location: Valparaiso, Chile

Se busca joven de 22 años, caucásico (me encanta esa palabra cuando la dice el típico policia al típico investigados en las típicas películas detectivescas), pelo negro, semi largolargo, tez blanca y pálida AKA bronceado de cantina, semi romántico, ecologista, bohemio. Se le ha visto vagar por las calles de Valparaiso y Viña del mar. Cuidado: está armado con una lengua terrible y es considerado extramadamente peligroso para las mujeres solteras (Esta frase no es mia, mi mejor amigo me obligó a ponerla, mis disculpas a todos/todas)

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Saturday, January 06, 2007

De lobo y hombre.

Niños y niñas de todas las edades que tienen tiempo libre, les tengo una pregunta. Una pregunta que cambiará sus vidas por completo y asdasdasd y werwerwer. En realidad no, pero si es un mensaje importante, para dejar de lado la temática sexual (que si bien es importante, tan importante como las hay).

La pregunta es: ¿En qué se parecen los profetas y las drogas?

Por supuesto está formulada como chiste. Más de alguno le buscará una respuesta jocosa (como decir, por ejemplo, que los profetas caminan por el agua y las drogas hacen que la gente crea que caminas por el agua), pero en realidad, dista mucho de esto. Y es precisamente el tema que quiero tratar hoy. O en realidad no. Esperen y lean.

Profundicemos en la pregunta. Los profetas han sido marcas fundamentales de nuestra cultura durante décadas. Gente como Confucio, Jesucristo, Moisés, Gautama Budda, Mohammed, y tantos otros. Por supuesto, es innegable la influencia que hemos sentido como sociedad (occidental, en mi caso, y oriental, en el caso de los que viven en el extremo opuesto del mundo). Pero por favor, trascendamos este tema de una mera conversación teosófica que no llegará a ningún lado. Para tales efectos, me he permitido resumir las enseñanzas de todos y cada uno de los profetas en una frase absolutamente abstracta, homologable con sus enseñanzas en total.

“Los profetas han venido a mostrarnos la forma correcta de vivir”

Por supuesto, es una apreciación absolutamente ambigua. Y tiene que serlo. Las razones son evidentes; nos saltamos las protestas de las religiones del mundo referentes a las especialidades y beneficios, y grandeza de cada uno de sus profetas. Sin embargo, esa es la función que cumplen. Ya sea que hablemos del Corán, de la Biblia, el Dhammapada, todos hablan sobre como debemos vivir nuestra vida.

¿No hay objeciones? Bien. Entonces, aclaramos la primera parte de nuestra discusión de hoy. Ahora, las drogas. Por supuesto, muchos negarán con la cabeza y dirán “No, mi religión no tiene nada que ver con las drogas”. Tienen razón. No estoy diciendo que su religión tenga que ver con las drogas. Estoy diciendo que las drogas tienen que ver con nosotros en la misma medida que las religiones tienen que ver con nosotros.

Veamos; las drogas, como concepto, se iniciaron un tiempo después de la agricultura. Tanto en oriente como en occidente; tanto la galena, como el tabaco, como el opio, las drogas han sido parte de nuestra cultura casi por tanto tiempo como las religiones. Pero eso no es, definitivamente, en lo que se parecen.

Ahora, antes de seguir, quisiera hacer una distinción de términos. Desde acá en adelante, cuando me refiera a “civilizado” e “incivilizado” lo haré de tal forma que “civilizado” signifique “perteneciente a nuestra cultura hiperventilada” e “incivilizado” signifique “perteneciente al resto de las culturas”; y “cultura” significará, simplemente, una sumatoria de todo lo que hemos hecho como sociedad. Para aclarar más los términos, la gente “civilizada” sabe que es civilizada. La gente de Nueva York, de Santiago de Chile, de Buenos Aires, de París, de Sydney. Un equivalente de “incivilizada” sería la gente que actualmente vive como en la edad de piedra; primitiva. Nótese que en ningún caso estoy siendo despectivo; es solamente con el fin de clarificar lo que viene.

Hecha esta aclaración, podemos continuar. Y comenzaré con una proposición con la que todos estaremos de acuerdo. “Los profetas forman parte de la cultura civilizada”. Pues, la gente incivilizada tiene religiones, tal como nosotros, pero no tiene profetas. Claro, ustedes dirán “Kaedito, los mapuches tienen machis”. Todas las religiones tienen sacerdotes, claro. Videntes, magos, chamanes. Pero la función del profeta es la que he declarado arriba. Y de esos, no hay ninguno en las culturas “incivilizadas”. ¿Estamos de acuerdo? Bien.

Ahora, daré una proposición un tanto más discutible. “Las drogas forman parte de la cultura civilizada”. Ya, cálmense antes de reclamar. Si sé que muchas culturas chamánicas utilizan distintas formas de alucinógenos. Por ejemplo, el peyote. ¿Pero tienen que envasarlo en tubitos de papel y adherirle alquitrán para provocarse cáncer? No lo creo. La diferencia radica en que ellos utilizan las drogas como método alternativo de consciencia.

¿Qué tiene todo que ver? Ahora viene. Las drogas, como nosotros las vemos, son simplemente un medio. ¿Un medio para qué?

Los profetas vienen a decirnos como vivir. ¿Acaso nosotros no sabemos? Evidentemente no, evidentemente no tenemos un punto en la vida; pedimos a los profetas que nos enseñen como vivir. Que nos den una razón para hacerlo. Y al no vernos convencidos, abusamos de las drogas para pasar los días.

Las drogas, en resumen, son la respuesta natural de nuestra cultura a no saber como vivir. Y los profetas, en si mismos, también lo son.

¿La gente “incivilizada” utiliza drogas con nuestro fin, y crea profetas cada cierto tiempo? ¿No? ¿Por qué?

Si tan solo viéramos eso, probablemente seríamos mejores personas, y una mejor sociedad.

Si les aburrió el tema, escriban abajo “Kaede rctm para de escribir weás fomes y escribe algo entretenido”.

Canción de hoy: Of Wolf and man – Metallica

¿Cómo estuvo el día de hoy?: Tan aburrido como esta entrada.

Película de hoy

Por supuesto, no todo puede ser tan malo. Si se aburrieron llegando hasta acá, haré que su espera valga la pena.

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La película que lo comenzó todo. Dirigida por el visionario Paul Weitz. Esta película sentó un género en el cine; la película de adolescentes gringos. Y es tan buena como las que hay. Risas seguras sobre temas tabú; ¿qué más puede pedir un pendejo de 20 años como yo?

American Pie

Con Shannon Elizabeth incluida.

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