Kaede on the rocks

Una mierda de Blog. Más de 1000 moscas no pueden estar equivocadas. ¿Me pregunto si alguien leerá esto? Si es así, y te resulta ofensivo, puedes pedirme que lo cambie. (Nelson: Ha-Ha!)

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Location: Valparaiso, Chile

Se busca joven de 22 años, caucásico (me encanta esa palabra cuando la dice el típico policia al típico investigados en las típicas películas detectivescas), pelo negro, semi largolargo, tez blanca y pálida AKA bronceado de cantina, semi romántico, ecologista, bohemio. Se le ha visto vagar por las calles de Valparaiso y Viña del mar. Cuidado: está armado con una lengua terrible y es considerado extramadamente peligroso para las mujeres solteras (Esta frase no es mia, mi mejor amigo me obligó a ponerla, mis disculpas a todos/todas)

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Thursday, November 09, 2006

Decisión y sexo (o el sexo en la decisión)

Está bien. Como gustéis (Con todos mis respetos a Shakespeare). Tuve muchas quejas (Si, a mi también me sorprende. No soy el único que lee mi blog) sobre la última entrada. Y si. Cometí el peor error que cualquier escritor amateur podría cometer. Me referí a una sola persona en un texto. No es mi culpa; mi alma cautiva necesitaba libertad, y la libertad de las letras es la mejor libertad posible. No es como la libertad de los gringos. Es libertad que te permite romper cadenas, no tarjetas de crédito.

Pues bien, como me llegaron muchas quejas, así también me llegaron recomendaciones. La que más me llamó la atención fue “Me encanta cuando hablas de sexo, y jóvenes”.

Pues si. El sexo es un tema que también adoro. No por que es una de las manifestaciones sociológicas más incomprendidas del mundo moderno (Ergo; más incomprendidas por mi mismo), sino también por que es una de las que representa, en forma más real que metafórica, lo que la palabra tabú (tappú) quiere decirnos. Según mi memoria, poco prolija y proclive a errores, fue Freud el primero que nos habló, abiertamente, de sexo como entidad sociológica, y no como argumento biológico (Y nótese que no dije “argumento femenino para obtener algo de nosotros”, a pesar que, últimamente, tal pensamiento misógino me invade). Pero lo adoro en un sentido casi místico; si, pues, es difícil reconocer las diferencias entre hombre y mujer (Otra aclaración; como “sexo” me refiero a la diferencia global entre un hombre y una mujer; no me refiero ni al acto de (ñami) tener sexo, ni al órgano sexual masculino (Pene) ni al femenino (Vagina)), más difícil es reconocer que tales diferencias existen. Claro, En nuestra sociedad machista, está claro que las hay (al menos, es lo que los medios nos quieren hacer creer); y hay algunas feministas a las que les gustaría que esto fuera totalmente falso. Ambas ¿corrientes de pensamiento? Están obviamente equivocadas. Pero ustedes dirán: “Kaedito, eso es más que obvio”. Si, pero así como lo veo, no saben que tan equivocadas están. En primer lugar, lo que nos une, nos separa (Jajajajaja si, algún malpensado pensó lo mismo que yo cuando escribí esta frase). Y lo que nos une, por sobre todo, es la capacidad de volición. Es lo único que es idéntico entre macho humano y hembra humana. Y sin embargo, son totalmente distintos. ¿Cómo algo puede ser distinto, e idéntico a la vez? Sencillo, mis queridos ociosos. La capacidad de voluntad en un hombre se basa en un espectro analítico de posibilidades. Cuando un hombre va a tomar una decisión, sopesa toda una cantidad gigantesca de posibilidades; esto puede pasar, esto no. Esto es probable, esto no. Esto es lo más probable; optemos. Analizamos fríamente los corolarios de todas las posibles acciones a tomar. Ustedes, mis queridas amigas… también.

“¡Kaede, esta entrada vale callampa!” ¿Sólo la entrada? Jajajajaja se equivocan. El blog entero vale callampa. Pero esta entrada aún no termina. Si, les dije que la volición para un hombre y para una mujer eran idénticas. Pero esta entrada se trata del sexo, y sexo también es lo que separa dichas capacidades volicionales. El mismo sexo que escandaliza a medio mundo, y el mismo puto sexo que hace que, muchas veces, recibamos más retos, amenazas, y golpes de parte de ustedes, y que ustedes reciban más despechos, silencios engañosos y miradas insulsas y perdidas. Pues, mis queridas mujeres, su vagina también tiene voz al momento de decidir. Jajajaja, esa frase suena genial; y créanme, es así. Bueno, no biológicamente, pero si metafóricamente. Recuerden, soy, en esencia, poeta. Y escribo en metáforas. El asunto es, ustedes no solamente deciden en base a las posibilidades de estar correctas o equivocadas. Ustedes también eligen por que saben que algo es o no es de antemano (si, ustedes, en ese sentido, son mejores que nosotros; todo el trabajo analítico, ya lo hacen casi automáticamente), y luego, se les superpone una capacidad más fuerte que su propia volición; a esa entidad la llamaremos trepadora. Pues, luego de que han decidido lógicamente (con una decisión lógica absoluta, incontrarrestable y correcta), la trepadora dice “no, esto no puede ser así”. Y entran en conflicto. Y la trepadora siempre gana. Y deciden lo que no querían decidir en primer lugar. (¿Han oído que las mujeres son más indecisas que nosotros, hombres? No es que lo sean, es causa de esto).

Claro. Las mujeres están predispuestas a elegir de manera ilógica para nosotros. La trepadora las embauca cada vez que necesitan tomar opción. Y nosotros no lo entendemos, y el sexo nos separa una vez más.

Es importante que más gente (especialmente hombres) sepa esto. Anótese, publíquese y ratifíquese. Y por favor, tú, si, tú, tu sabes quien eres, lee esto. Y léelo bien, y no dejes que el sexo nos separe. Te lo diría, pero soy tímido :P. Y como dijo Ulises, les estoy revelando uno de mis secretos, que no quede desaprovechado

Ps: Un dato _freak_ Hay quienes llaman a la trepadora “Sexto sentido femenino”. El que quiera entender, que entienda.

Tema del día: Tierra santa – Medieval (Por que la música no tiene sexo, y nos une universalmente. Atentos que la próxima entrada será mucho más interesante; será sobre la música)

¿Cómo estuvo el día de hoy?: Triste, y melancólico. El día estuvo.

Película del día de hoy: Japón, de Carlos Reygadas. Recomendada por Blanca Lewin. Un saludo para ella, muy cariñoso: me moría de ganas de conocerla.

“¿Kaede, y los links?” Lo siento L No me los conseguí. No es fácil conseguirse cine de este tipo. No se puede comprar, por que no existe, y traficarlo necesita tiempo. Tal vez, para la próxima entrada. Hasta entonces, sean buenos, cómanse sus ensaladas, y díganles a sus amigos/as, novios/as, madres, padres, y hermanos que los aman. Nunca está demás.

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