Kaede on the rocks

Una mierda de Blog. Más de 1000 moscas no pueden estar equivocadas. ¿Me pregunto si alguien leerá esto? Si es así, y te resulta ofensivo, puedes pedirme que lo cambie. (Nelson: Ha-Ha!)

Name:
Location: Valparaiso, Chile

Se busca joven de 22 años, caucásico (me encanta esa palabra cuando la dice el típico policia al típico investigados en las típicas películas detectivescas), pelo negro, semi largolargo, tez blanca y pálida AKA bronceado de cantina, semi romántico, ecologista, bohemio. Se le ha visto vagar por las calles de Valparaiso y Viña del mar. Cuidado: está armado con una lengua terrible y es considerado extramadamente peligroso para las mujeres solteras (Esta frase no es mia, mi mejor amigo me obligó a ponerla, mis disculpas a todos/todas)

5 Star Promotions  Where the Members are the Stars

Saturday, November 19, 2005

Historias secretas de cama.

Ahí está, mirándome, silenciosa, como siempre. Sus pliegues tristes parecen cerrar los ojos y fruncir el ceño. No creo que mi cama me quiera, si pudiese querer un objeto inanimado; no he sido particularmente bueno con ella. Es una cama común y corriente; plaza y media, colchón box spring air nosecuanto, una linda cubierta; común y corriente. Común y corriente, pero hastiada. No ha sido bien tratada; y cabe recordar el destino último de su predecesora (partida a la mitad en circunstancias similares a las que resiste hoy la actual). Bien hastiada debe estar sin duda; además, no tiene al ventaja del habla como nosotros. Hoy en día, si un hombre (en genérico, no en sexual) está hastiado, saca hora para su psicólogo preferido, y se des-hastía; simplemente se descarga, como lo haría un celular, probablemente también hastiado de ser utilizado. Las camas, sin embargo, son mudas; lo que es de agradecer. Dudo que algo tan íntimamente relacionado con los humanos sea agradable en una conversación de sobremesa; cualquier cosa íntima en una charla informal resulta desagradable. ¿Y cómo no serlo siendo cama, si soportas fallas sexuales, peleas intramaritales, masturbaciones, sueños inquietos, y vaya a saber Dios qué cosa más? Me imagino que un tema de sobremesa de una cama puede ser el problema de disfunción sexual de su dueño. Eso no la convertiría en el invitado más agradable, especialmente para el dueño mismo (en verdad, sería bien convidado de piedra).

Afortunadamente (o desgraciadamente), la mía, si hablara, probablemente me demandaría. En cuanto a usos y abusos camastrales (camastrales... suena mal ¿verdad?), no soy la excepción; especialmente considerando los parajes más lascivos y lujuriosos de mi vida. Mi cama, probablemente, le contaría al mundo mi problema de ronquidos. ¡A nadie le gustan mis ronquidos! También probablemente contaría como he buscado quiméricamente el amor en el cuerpo femenino, como un artista que explora técnicas de dibujo avanzadas, sofisticadas, y delicadas pro fin de conseguir esa forma, ese color, esa tonalidad que necesita y que hará que su obra salte la valla que convierte lo humano a lo divino. Probablemente también hable de mis fracasos sexuales (mínimos, por lo que sé); dejándome en vergüenza frente a mis amigos. Si mi cama hablara, si mi cama hablara. ¿Podría contar todas las personas que han dormido en ella? A lo mejor recordaría, graciosamente, uno de mis cumpleaños, no diré cual para no involucrar terceros, cuando dos personitas, invitados, que aparentemente se odiaban (y era lo que todos entendíamos, y creo que es lo que ellos pensaban también) decidieron resolver sus problemas de la forma más unilateral y conciliadora imaginable; haciéndose trizas y haciendo trizas mi cama, de paso. Otro detalle jocoso y anecdótico podría ser una profesora mía, desvirginizándome en mi propia cama; probablemente sería un recuerdo doloroso. Y podríamos seguir así, los vómitos, las películas, las luchas, las sesiones de tarot; los cafés literarios improvisados, los días y días leyendo El Señor de Los Anillos aquella navidad para la que me regalaron la trilogía ilustrada y empastada; las comidas encima (y las derramadas encima) y así. Recuerdos, recuerdos en un cuarto en el que la luz no llega sino en el atardecer, y de mala manera; así que imagino que la personalidad de mi cama no debe ser muy distinta a la mía. Probablemente su tez también sea mister hawaiian cama, un tostado de luz de luna estilo manteca increíblemente nieve. Además, no debe ser agradable dormir con alguien que se mueve tanto en las noches encima. Y la historia no termina acá; ayer imprimí una nueva página de las historias secretas de mi cama, aquellas historias que, como todas, nadie nunca sabrá; excepto, claro, sus protagonistas, y el silencioso y mudo testigo quejumbroso que las soporta.

Canción del día: Opeth - In my time of need

¿Cómo estuvo el día de hoy?: Sentado, supongo. Deberían preguntarle a él mismo si quieren una respuesta más completa.

Google